Ya decía la canción que eran malos tiempos
para la lírica...En muchas ocasiones, los docentes nos preguntamos qué hacemos
explicando una materia que no le interesa a ningún alumno o vemos en clase como
bostezan de aburrimiento, o , lo peor que nos puede pasar ,que la desidia
nos invada también a nosotros.La relación enseñanza-aprendizaje, en estos
casos, se hace tan dificultosa que los resultados son negativos.
Que la sociedad ha cambiado está claro, ya no
tenemos un alumnado educado en la obediencia que acepta los preceptos que les
da su profesor sin rechistar. El alumnado viene de una sociedad que vive a un
ritmo vertiginoso, de una era digital;está educado en la idea de que
una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo, en la escuela,
ese tiempo se paraliza, se vuelve inmóvil. Les decimos que tienen que
escuchar lecciones para aprenderlas, hacer ejercicios monótonos, y ellos, se
aburren, no están acostumbrados y empiezan a cuestionarse...¿qué he hecho yo
para tener que estudiar sintaxis, álgebra o geografía?
Desde ese sentimiento pesimista nace el
concepto Flipped Classroom. El aula invertida. ¿Cómo puedo hacer que el
alumno actúe en su educación más allá de simplemente estudiar las lecciones
vistas? Esta metodología hace que el profesor ya no explique en clase. El
tiempo en el aula no es para la explicación, es para trabajar, para
resolver dudas.El docente se convierte en un guía, en una mano que te
señala dónde está lo que debes saber pero es el alumno el que actúa, el que va
aprendiendo a aprender.
No es un cambio fácil, se necesita
mucha labor del docente en preparación de material que el alumno debe trabajar
en clase;requiere un compromiso del alumnado de trabajo y esfuerzo. Pero bien
gestionado, merece la pena. Los alumnos se sienten integrados en su proceso
educativo, muchas veces ellos son los investigadores de sus contenidos. El
profesor da el índice , ellos rellenan y el profesor les va indicando si van
por el buen camino.
Somos muchos los docentes partidarios de dar
la vuelta a la clase. Resulta muy fácil, por ejemplo, llevarla a la práctica en
clases de enseñanza digital en las que los alumnos tienen dispositivos
móviles(ordenadores). Se trata de sumar competencias y la competencia
digital es muy importante en este tiempo que nos ha tocado vivir. En la
escuela no se le puede dar la espalda. Tampoco se le puede dar la espalda a la
nueva forma de adquisición del conocimiento. Casi todo puede encontrarse en Internet.
Hay que enseñar al alumnado cómo buscar, cómo gestionar y como reflexionar
sobre esos conceptos.
Por eso, ya
desde el optimismo, los profesores que ya damos la clase al revés, estamos intentando adaptarnos a una nueva
forma de aprendizaje. #flipanndoelSalzillo
María Belén Martínez Carrillo
Profesora de Lengua Castellana y Literatura
Coordinadora Enseñanza XXI
IES Francisco Salzillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario